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    Entendiendo el Mundo del Autismo: Claves para la Detección y Apoyo Temprano

    2024-04-02T12:23:22.228Z Centro Medico Siglo 21



    El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdura a lo largo de toda la vida, estos comprenden una variedad de condiciones que se distinguen por cierto nivel de dificultad en la interacción social y la comunicación. Además, suelen manifestarse con patrones de actividad y comportamiento fuera de lo común, como la resistencia al cambio, un enfoque minucioso en los detalles y respuestas inusuales a las sensaciones. Basándonos en estadísticas de la

    OMS 1 de cada 100 niños tiene autismo. Cada vez existe más conciencia y respeto hacia las personas autistas, pero también nos lleva a preguntarnos: ¿Cuáles son las causas del TEA? Y si bien aún se desconocen las causas específicas que causan este trastorno se relacionan a

    factores genéticos y medio ambientales.

     

    Detectar y diagnosticar los trastornos del espectro autista (TEA) el autismo no es tan fácil y simple como realizar una prueba de sangre, se puede confiar en el diagnóstico de un profesional, sin embargo, para llegar al diagnóstico se deben evaluar el desarrollo del niño y su conducta en el desarrollo de su primera infancia. Un TEA se puede detectar a los 18 meses de edad y se suele diagnosticar durante los 2 primeros años de vida. Podemos relacionar diferentes factores y acciones que nos pueden ayudar a identificar el perfil de una persona autista en las diferentes fases de su desarrollo, podemos destacar:


    En el lactante: Se suele observar un balbuceo monótono del sonido, un balbuceo tardío y una falta de contacto con su entorno, así como un lenguaje gestual.

    En sus primeras interacciones con los demás, lo primero que se detecta es que no sigue a la madre en sus intentos de comunicación y puede entretenerse con un objeto sin saber para qué sirve.

    En la etapa preescolar, el niño empieza a parecer extraño porque no habla. Le cuesta asumir el yo e identificar a los demás. No establece contacto con los demás de ninguna forma.



    Estos niños pueden presentar conductas agresivas, incluso para sí mismos. Es normal que niños con autismo no suelen jugar ni socializar con los demás niños. También podemos resaltar la tendencia de llevar a cabo actividades de poco alcance de manera repetitiva, tales como dar vueltas o llevar a cabo movimientos rítmicos con su cuerpo (aletear con sus brazos). Los autistas con un alto nivel funcional pueden repetir los anuncios comerciales de la televisión o llevar a cabo rituales complejos al acostarse a dormir. En la adolescencia, se dice que 1/3 parte de los autistas suelen sufrir episodios convulsivos, lo cual hace pensar en una causa de origen nervioso.

    Características más específicas son:


    • Desinterés por su entorno.

    • Evitar cualquier contacto visual.

    • Apilar los objetos a organizarlos en línea.

    • No jugar ni socializar con los demás niños.

    • No obedecer ni seguir instrucciones.

    • Dirige a las personas de la mano hacia lo que necesita sin pedirlo explícitamente.

    • Evita el contacto físico.

    • No le gusta que le toquen o carguen.

    • Camina en puntitas (como ballet). 

    • No soporta los sonidos o luces fuertes

    • Obsesión por el orden y la rutina

    • No soporta los cambios.


    Es importarte abordar los principales signos y manifestaciones del autismo, Estos síntomas abarcan áreas como la comunicación, las interacciones sociales y los patrones de comportamiento repetitivos. Al comprender estos síntomas, podemos mejorar nuestra capacidad para identificarlos. Estos síntomas son:


    • Falta notable de empatía hacia los demás.

    • Falta de capacidad para imitar.

    • Falta de interacción social.

    • Falta de vías adecuadas de comunicación.

    • Marcada anormalidad en la comunicación no verbal.

    • Falta de actividad imaginativa.

    • Anomalía en la forma y contenido del lenguaje-movimientos corporales estereotipados.

     • Preocupación persistente por parte de objetos.

    • Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno.

    • Insistencia irracional en seguir rutinas con todos sus detalles.

    • Limitación marcada de intereses, con concentración en un interés particular.

     

     Es fundamental comprender los signos y síntomas del Trastorno del Espectro Autista (TEA) para poder detectarlo tempranamente y buscar el apoyo adecuado de un especialista. La detección precoz y el diagnóstico preciso pueden marcar una gran diferencia en la vida de las personas con TEA, permitiéndoles acceder a intervenciones y terapias especializadas que les ayuden a desarrollar al máximo su potencial. Si sospechas que alguien puede tener TEA, te animamos a buscar la orientación de un profesional de la salud, quien podrá brindar una evaluación completa y ofrecer el apoyo necesario para mejorar la calidad de vida de la persona afectada.